Saturday, June 24, 2006







El tiempo de otra tierra
Novela






Siete días para amarte
02 Nov 1999, 05:59:49

¡Hola mi sol!, a mí también me duele tu ausencia. Sabes César, te has convertido en mi creador, me has resucitado de mi muerte prematura hace ahora casi un cuarto de siglo.












Gracias por haberme devuelto a este mundo, por regalarme una vida llena de emociones y felicidad.

He estado aletargada durante mucho tiempo, la única presencia terrenal de mi ser eran las rosas silvestres que crecían sobre mi tumba, cuyas raíces se alimentaban de mi alma oscurecida. Gracias vida mía.












Me emociono cada vez que leo tus palabras, una inesperada sensualidad vaga por mi espalda cada vez que leo tus pensamientos.

Gracias otra vez por dedicarme ese tiempo, por tu poema y tu cuento. Un ser tan insignificante como yo no se merece esa dedicación que tú me procesas.

Ahora te noto tan cercano a mí, no hay océano ni continentes que me vuelvan a separar de ti.

Capricho del destino, nos ha unido para mantenernos separados, pero tú y yo estamos por encima de todo eso.

No entristezcas, somos más felices así, somos muy afortunados; con nuestro amor epistolar hemos conseguido lo que todas las personas ansían, un amor verdadero sin restricciones, sin prejuicios.

Ahora entiendo todo, yo he nacido para conocerte y amarte, no podría ser de otra manera.

Deberías de darte cuenta, la mayoría se ama durante un tiempo, no más; después tan sólo les queda el cariño, a veces ni tan siquiera eso, sólo lo cotidiano y monótono, y todo se reduce a regalarse frascos de perfume el día de sus cumpleaños. ¡Qué triste!

Somos tan afortunados.

Algún día, no sé cuando, nos encontraremos, yo iré a visitarte a tu ciudad, y entonces no volveremos a separarnos jamás.

Pasaremos los días caminando en tu playa, cantando tus canciones y leyendo tus poemas. Nos volveremos a enamorar y así hasta la noche; no dormiremos, ya habrá tiempo para dormir cuando seamos polvo, sólo nos abrazaremos y nos besaremos; nos amaremos, acariciaré tu cabello, tu espalda, y tú no dejarás que me marche jamás. Cómo te deseo mi sol.

Ese cuento, qué increíble, qué delicado, soy yo, tal como me describes, y tú mi unicornio azul, deseo aferrarme a tus crines y calbargar en un sintiempo, en la eternidad.

También es tu voz, aún desconocida para mí, pero tan cercana, me es tan familiar, tan suave y susurrante...

Te quiero mucho César, te quiero tanto. No te alejes nunca de mí. Cójeme de la mano y llévame a ese lugar donde viven nuestros sueños. Eres un regocijo para mi corazón, alimento de mi alma, ¡jamás nadie me había hecho sentir tan viva! No te preocupes, descansa, duerme y sueña. Aquí estaré yo velándote; que no nos separe nada.

Yo también me siento igual con mis amigos, son geniales, pero yo necesito algo más, creo que a veces hablamos y no nos comprendemos. Poseo una imaginación exacerbada, necesito pensar y pensar. Y meditar. Ellos piensan que me gusta estar sola, no comprenden.

A veces me enfado, siempre que salen temas de conversación como: no sé qué voy a hacer con mi pelo, me he comprado unos zapatos o que mi auto alcanza 250km/h en autopista. ¿No se dan cuenta? Hay mucho más. Estás tú. Pero ellos no entienden, y yo me siento fuera de onda. ¿O acaso son ellos los que no quieren entender? Son felices en su ignorancia. Pero si son felices así... ¿qué pinto yo?

Y ahora yo soy muy feliz, más que nunca. Gracias otra vez.

Acerca de tu música, yo también adoro el Jazz, ¿no te sientes libre escuchando la triste voz de Billie Hollyday? ¿Y qué hay de Miles Davis? Pero también está mi querido Silvio Rodríguez, Caetano Beloso, Santana y George Benson con su incomparable y suave voz. ¿Cuál es mi canción? ¡Ah sí!, ya recuerdo: "Seven days" de Bob Dylan, la adoro, ¿la conoces? Pero también me encanta "Let's stay together" de Al Green. Seguro la conoces. Y en castellano, ¿qué te parece "yo sé que es mentira" de Amaurí Gutierrez? Y qué hay de ese tango "por una pebeta". Tan sensual, tan libidinoso. Lo bailaremos juntos. Y los Fados, me gusta la música portuguesa, son mágicos… te pareces tanto a mí… increíble, ¿verdad?

Ayer leí por tercera vez "Platero y yo", lloré, siempre lloro cuando muere ese burrito blanco y alegre que habita en el cielo de Moguer. Soy una sentimental, no tengo remedio, ni lo quiero. ¿Que eres “femenino”? me gusta que seas femenino, no asexuado, sino sensible y sensitivo como dice tu amiga. Todos los hombres tienen algo de feminidad, aunque a algunos les avergüence y no lo manifiesten. Si no fuera por eso no existiría arte ni poesía.

No sé como parar de escribir, hay tanto que decir... se me acumulan miles de ideas en un segundo. Y todas referentes a ti. Mi césar.

Te doy mi dirección, quiero que me escribas, quiero tener un testimonio escrito de ti, algo real, algo que tú hayas tocado, que tenga tus huellas. Aunque como tú dices, no hay nada, ni papel ni nada, comparable a tenerte cerca, sentir tu tacto, tu aliento, tu calor y ese aroma lácteo que deja tu piel al despertar. Lo demás es simple momento. Algún día despertaremos juntos, César. Ya no está tan lejano.

Dirección: C/. Cantueso, nº 26.
Código postal: 14012
Córdoba. España.
Nombre: Ana Isabel Portillo Trenas.

Así, podré sentirte más cercano, tocar tus letras y tocarte a ti. Si lo prefieres, no me escribas, seguiremos haciéndolo como hasta ahora. Tú decides, Sol.

Bueno mi Unicornio Azul, gracias, gracias y mil veces gracias otra vez, por tu cuento, tu poema que me ha embelesado. Nunca nadie me había escrito nada. Eres un ángel.
Ahora he de seguir con mis tareillas, mi insulsa vida sin ti, no dejes de escribir. Estaré expectante. Se me olvidaba: ¿sabes cuál es la diferencia horaria? Creo que son unas seis horas las que tienes conmigo de diferencia, vamos que yo entro en este día seis horas antes que tú. Ya quedaremos cuando quieras para hablar en el chat. Me despido mi sol. Te quiero, no lo olvides. Hasta mañana. Cuidate.

P.D.: Envíame tu dirección, así podré enviarte algunas fotos. ¿No tienes curiosidad en saber como soy? Un beso amor.