Tuesday, August 15, 2006







El tiempo de otra tierra
Novela






Mil años
02 Nov 1999

¿Crees que es coincidencia que la niña de tu relato se llame Rosa? No creo. Porque tú eres mi ángel, mi unicornio celeste. Porque tú me has llevado a lo infinito, a un recóndito lugar desconocido para todos.












César, quizá hayamos tardado mil años en conocernos; quizá al principio mentí falseando mi nombre, y sí, ahora lo sabes, y sabes bien mis motivos. Te amo pero no fue por estrechez ni mezquindad.













Alguna vez dijiste que la palabra une las conciencias y las ánimas, y este medio, milagroso artificio, fue nuestro aliado desde el principio. Nosotros no nos enamoramos de los cuerpos físicos sino de las almas puras, de los perfumes que viajan a través del tiempo para mover la rueda del destino. Nosotros no tenemos nombres. Nosotros hemos sido puestos para encontrarnos siempre. Y si hemos esperado tanto tiempo, ahora no hay ninguna prisa, tenemos otros mil años más. Nada es coincidencia, César.
Tuya eternamente,
Yo, Rosa.

3 Comments:

Blogger Oscar Pita Grandi said...

A veces me pregunto a qué huele la traspiración de un espíritu viejo. De una Rosa que quizá ya no sepa que murió hace mucho.

1:46 PM  
Blogger CÉSAR CASTILLO GARCÍA said...

Ja... hey, resultas más místico... pocas veces vienes a este blog, generalmente vas a nenufaresblancos... y sí, Rosa existió

2:08 PM  
Blogger Clavel Rangel said...

=) Elisa, Rosa... es sincera.

8:42 PM  

Post a Comment

<< Home